Ampliar el campo de visión, para ampliar el campo de dicción.
Tres Sesiones prácticas trabajando claves emocionales para escuchar y comunicar valor en los procesos de selección. ¡Aprendiendo a escucharnos para escuchar mejor!.
He tenido la suerte de poder compartir experiencia y aprendizaje junto a un grupo de personas que se encuentran en una etapa de su vida de cambio y de transición profesional. Me han permitido aportar mis aprendizajes en disciplinas tan distintas como el Coaching, el Chi Kung o la Consultoría de Empleo, y reunirlas todas alrededor de tres aspectos fundamentales en el proceso de selección (definición de objetivo, evaluación de competencias y reconocimiento de logros) y, sobre todo, en el momento “estelar” de la entrevista. Y lo denomino así, porque es el momento el que cada cual puede lucir con luz propia, mostrando sus talentos y el conjunto de competencias y capacidades que le distingan y generen atracción (sin necesidad de deslumbrar) a través de diferentes recursos o con una estrategia diseñada a tal fin (como lo hacen el marketing y la publicidad).
Para nuestra “venta”, para comunicar valor y “seducir”, generando un impacto y atraer el interés y la atención necesitamos previamente haber ganado en consciencia de lo que cada quien es: conocerse y reconocerse. Y así, poder escucharse y escuchar mejor: estar atentos y ser atentos, cuidando de las formas sin dejar de ser naturales. Por tanto, poner toda la atención, para escuchar mejor y lograr posicionar nuestro mensaje y nuestra capacitación con valor añadido, entendiendo la necesidad de la compañía que nos va a seleccionar. Y, así, con intención, nuestra atención abrirá las puertas de la escucha y podremos elegir y seleccionar, mucho mejor y con más consciencia, nuestro lenguaje, unidos a nuestros gestos (comunicación no verbal) y regulando nuestra emocionalidad (aspecto éste que tanto interviene en ese momento de la entrevista, y con anterioridad a la misma –por lo que hay que entrenar el dejar de ser reactivos para ser proactivos).
Por eso, en esos tres días, nos hemos ocupado de mover el cuerpo para mover nuestros puntos de vista y escuchar mejor, generando buenas preguntas, y haciendo distinciones lingüísticas que nos permitan discernir en ocasiones el propósito, o el para qué de una respuesta o de una pregunta. Hemos contribuido a precisar en el lenguaje, a concretar en las preguntas y a diferenciar en los significados. Y lo mejor, a evitar suposiciones, sin dejarnos influir por el medio, reconociendo las emociones saludables y las no saludables y escuchando los mensajes que nos traen para nuestro desarrollo.
Los asistentes se han llevado compromiso para la acción, motivación y una forma nueva de acudir a las entrevistas, desde la confianza en sí mismos y con la seguridad de los logros con los que cuentan. Gracias a tod@s, participantes y organización, por esta oportunidad de aprendizaje compartido.
Miguel Ángel Martín Cuesta.
Executive Coach & Team Coach
Tres Sesiones prácticas trabajando claves emocionales para escuchar y comunicar valor en los procesos de selección. ¡Aprendiendo a escucharnos para escuchar mejor!.
He tenido la suerte de poder compartir experiencia y aprendizaje junto a un grupo de personas que se encuentran en una etapa de su vida de cambio y de transición profesional. Me han permitido aportar mis aprendizajes en disciplinas tan distintas como el Coaching, el Chi Kung o la Consultoría de Empleo, y reunirlas todas alrededor de tres aspectos fundamentales en el proceso de selección (definición de objetivo, evaluación de competencias y reconocimiento de logros) y, sobre todo, en el momento “estelar” de la entrevista. Y lo denomino así, porque es el momento el que cada cual puede lucir con luz propia, mostrando sus talentos y el conjunto de competencias y capacidades que le distingan y generen atracción (sin necesidad de deslumbrar) a través de diferentes recursos o con una estrategia diseñada a tal fin (como lo hacen el marketing y la publicidad).
Para nuestra “venta”, para comunicar valor y “seducir”, generando un impacto y atraer el interés y la atención necesitamos previamente haber ganado en consciencia de lo que cada quien es: conocerse y reconocerse. Y así, poder escucharse y escuchar mejor: estar atentos y ser atentos, cuidando de las formas sin dejar de ser naturales. Por tanto, poner toda la atención, para escuchar mejor y lograr posicionar nuestro mensaje y nuestra capacitación con valor añadido, entendiendo la necesidad de la compañía que nos va a seleccionar. Y, así, con intención, nuestra atención abrirá las puertas de la escucha y podremos elegir y seleccionar, mucho mejor y con más consciencia, nuestro lenguaje, unidos a nuestros gestos (comunicación no verbal) y regulando nuestra emocionalidad (aspecto éste que tanto interviene en ese momento de la entrevista, y con anterioridad a la misma –por lo que hay que entrenar el dejar de ser reactivos para ser proactivos).
Por eso, en esos tres días, nos hemos ocupado de mover el cuerpo para mover nuestros puntos de vista y escuchar mejor, generando buenas preguntas, y haciendo distinciones lingüísticas que nos permitan discernir en ocasiones el propósito, o el para qué de una respuesta o de una pregunta. Hemos contribuido a precisar en el lenguaje, a concretar en las preguntas y a diferenciar en los significados. Y lo mejor, a evitar suposiciones, sin dejarnos influir por el medio, reconociendo las emociones saludables y las no saludables y escuchando los mensajes que nos traen para nuestro desarrollo.
Los asistentes se han llevado compromiso para la acción, motivación y una forma nueva de acudir a las entrevistas, desde la confianza en sí mismos y con la seguridad de los logros con los que cuentan. Gracias a tod@s, participantes y organización, por esta oportunidad de aprendizaje compartido.
Miguel Ángel Martín Cuesta.
Executive Coach & Team Coach
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